viernes, 13 de septiembre de 2019

MEF DENUNCIA QUE EXONERACIONES NO SE TRANSFIEREN A LOS CONSUMIDORES DE LIBROS
















Para la exoneración de libros hay dos propuestas, la de extenderla 10 años y la de extenderla solo 3, aunque hace un año se extendió solo uno, que como ya se cumple hay necesidad de prorrogarlo nuevamente, todo en aras de la cultura o de los bolsillos del empresario librero, o de ambos.
La ley sobre la que se quiere  hacer la prórroga es la Ley N° 28086, la cual ha representado al Estado peruano un gasto de 269 millones de soles en gasto, según dice el MEF.
Hace 16 años, lo han venido recordando diversos medios de prensa,  a la industria editorial  se les dejó de cobrar el IGV (18 %) por importación y venta; así como en el caso de donaciones. Y además del impuesto a la renta a las regalías por concepto de derechos de autor, se les otorgó reintegros tributarios, y otros beneficios arancelarios que debían durar doce años. Y entonces llegó el 2015 y hubo que otorgar una prórroga hasta el 2018, donde se dio otra que  se extendió hasta octubre de 2019.
Quizá el criterio de "aumento de lectoría" usado por el MEF como argumento para oponerse a las exoneraciones no sea el más adecuado, pero no le faltaría razón si es que resulta verdad que los libros en el Perú tienen precios más altos que en otros países y que no hay transferencia de precios al consumidor.
Un tributarista entrevistado por la prensa  afirma que podría mantenerse la exoneración, pero también promoverse otro tipo de beneficios a la lectura, además de  ampliar la infraestructura para que las bibliotecas estén bien equipadas, mientras que por otro lado un editor ha  afirmado que   las actuales exoneraciones han beneficiado a las transnacionales, así como  las grandes editoriales peruanas o que pertenecen a consorcios extranjeros, y que publican libros en cantidad, libros de texto. Estos últimos destinados a los colegio concentran el 88 % de los proyectos editoriales, y cuentan con beneficios tributarios, a pesar de no tener competencia.
 Entre julio de 2016 a mayo de 2018  tres casas editoriales habrían concentrado el 51 % de estos incentivos tributarios, siendo  las empresas más beneficiadas las editoriales Santillana, Norma, Lexicom y Corefo, principalmente.
Recapitulando. El libro es un producto cultural. El objetivo debiera ser bajarlo de precio, no aumentar la lectoría, lo cual, como producto de ello podría darse o no. Quizá, nos atrevemos afirmar, que  el argumento de aumentar la lectoría es el ardid de ciertos empresarios  para no realizar la transferencia de beneficios que el MEF señala.
  


NANO

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